¿Es cristiano ser evangélico?

¿Los protestantes son cristianos? Una pregunta que muchos prefieren ignorar. Les resulta incómodo tener que pensar en esta problemática cuestión religiosa. El Catecismo de la Iglesia Católica, que es la enseñanza oficial de la Iglesia al alcance de todos, explica claramente que sí lo son, y con toda lógica, ya que están incorporados a Cristo mediante el bautismo (siempre que sea Trinitario: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo).

Lo afirma así su párrafo 818: “justificados por la fe en el Bautismo, se han incorporado a Cristo; por tanto, con todo derecho se honran con el nombre de cristianos y son reconocidos con razón por los hijos de la Iglesia católica como hermanos en el Señor".

El documento Unitatis Redintegratio, el decreto de 1964 sobre ecumenismo del Concilio Vaticano II, añade poco después que para avanzar en la unidad de los cristianos es importante que los católicos conozcan mejor (y fraternalmente) a sus hermanos separados, los cristianos protestantes.

O en palabras de la Unitatis Redintegratio: “Conviene conocer la disposición de ánimo de los hermanos separados. Para ello se necesita el estudio que hay que realizar con un alma benévola guiada por la verdad. Es preciso que los católicos, debidamente preparados, adquieran mejor conocimiento de la doctrina y de la historia de la vida espiritual y cultural, de la psicología religiosa y de la cultura peculiares de los hermanos”.

Han pasado más de 50 años desde que se aprobó este documento fundamental en la Iglesia moderna, y el conocimiento (y reconocimiento) de los protestantes como hermanos por parte de los católicos (aunque sean hermanos separados) no ha avanzado mucho.

El problema se acrecienta aún más cuando los católicos que estudiamos y nos preparamos en Doctrina, la historia y todo lo demás, vemos que desde la década de 1960 para acá han surgido miles de sectas anticatólicas que ya ni siquiera bautizan con la fórmula Trinitaria. El fundamentalismo protestante moderno es aún más sangriento que aquel del siglo 16, cuando por lo menos entendían la importancia de lo sagrado en los sacramentos y por más que lo hicieran con errores, intentaban mantener esas Tradiciones Apostólicas.

Hoy el cristianismo protestante ha perdido completamente el norte y el sentido de lo sagrado. Desprecian abiertamente todos los Sacramentos de la Iglesia diciendo que son "tradiciones de hombres" y herencia del paganismo romano. Se han inventado nuevos rituales que por el valor que les dan podrían ser considerados como sacramentos protestantes.

Sus doctrinas, muchas veces contradictorias entre sí, se han alejado tanto de la Tradición o enseñanza apostólica (oral y escrita) que cuando uno los escucha hablar parecen más bien charlistas motivacionales con un trasfondo doctrinal claramente New Age o Neo-gnóstico. Es por eso que en mis videos yo digo que los protestantes de hoy ya no siguen doctrinas cristianas, y si no siguen doctrinas cristianas, desprecian los Sacramentos, atacan a la Iglesia, atacan a los ministros de la Iglesia y a todo lo que sea sagrado, y para colmo su bautismo no es Trinitario... entonces me surge la pregunta ¿Podemos aún considerarles hermanos separados en Cristo o debemos ya tenerlos por paganos y gnósticos?

No niego la validez del CVII y sus decretos. Sin embargo, pienso que laicos y clero, debemos reconocer que la realidad que se vivía cuando se redactó el Unitatis Redintegratio ya no es la que vivimos hoy. El protestantismo de los años 60 ya no es el de hoy. El diablo es astuto y va mutando sus enseñanzas para seguir causando confusión en la Iglesia de hoy.

Concluyo que no todos los llamados protestantes son cristianos, y que las doctrinas de cada agrupación o secta deben ser conocidas, estudiadas y analizadas para poder definirse como cristianos o no. Esto no es algo para tomar a la ligera. Si no son cristianos ¿Qué son? Pues fijense que pueden ser gnósticos new age, agnósticos, budistas, judíos mesiánicos, etc etc...

Que el Señor nos guarde de todo mal y nos colme de su paz y su amor infinitos, que nuestra Madre Santísima la Virgen María interceda por cada uno y nos acerque cada día más a su Hijo, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. En el nombre del Padre, y del Hijo del Espíritu Santo. Amén.