La semilla es la Palabra de Dios
En la parábola del sembrador vemos al Señor, que va caminando de ciudad en ciudad, sembrando por doquier su Palabra de salvación. Sin embargo, el protagonista de este pasaje es la semilla y no el sembrador. A pesar del fracaso aparente del sembrador que ve como la mayor parte de sus semillas caen en terreno malo, éste llegará a producir abundante cosecha en el futuro porque la fuerza de la semilla no puede ahogarse. La semilla está llena de vida que solo necesita caer en terreno bueno para dar mucho fruto.
Si la lluvia y la nieve no vuelven vacías al cielo, la Palabra de Dios no puede perderse. Es verdad que depende de la acogida que se le dé. Pero el fruto está asegurado puesto que la semilla tiene gran fuerza en sí misma, aunque la fecundidad dependa del terreno en el que caiga. La Palabra salvadora de Dios se ofrece a todos los hombres, como la semilla que el sembrador esparce a voleo en su campo.
Una parte de esa semilla no llega a dar fruto por “agentes externos” a la misma: los pájaros que la comen, las piedras que la entorpecen o las zarzas que le roban la sazón. A pesar de que hay varios tipos de oyentes en los que la semilla se va a perder, la parábola nos ofrece un verdadero mensaje de esperanza ya que dará abundante cosecha porque va a ser acogida con fe y alegría entre los “pobres”, “los pequeños”, “los pecadores”.
Por eso no debemos desanimarnos cuando hablamos de Dios y de 10 personas solo quedan 2 escuchando hasta el final. Hay veces que nos van a decir que lo que hacemos no está bien y que la religión no sirve de nada, que no necesitamos de eso y que Dios no es religioso. ¡Cuánta ignorancia y cuánta mentira en la boca de esas personas! La Biblia nos muestra que Jesús (que es Hijo de Dios) fue siempre religioso desde pequeño guiado por la educación piadosa y el ejemplo de sus padres, la Virgen María y San José. Es una pena que los que tanto dicen basarse en la Biblia, solo la usen como adorno bajo el brazo.
Pero, ¿y nosotros? ¿Cómo acogemos la semilla, qué clase de tierra somos, cómo la tratamos, cómo la cuidamos?
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