San Justino: "La Eucaristía, alimento de los cristianos"
LOS PRIMEROS CRISTIANOS participaban de la Eucaristía los llamados "DIAS DEL SOL", que más adelante cambiaría de nombre a DIA DEL SEÑOR o Domingo.
Esta es una de las primeras descripciones que tenemos de la Eucaristía, aparte del Nuevo Testamento; data del siglo II y fue escrita por San Justino, en su obra "Primera Apología", y dice así:
"En el día que se llama el día del sol (domingo),todos los habitantes de las ciudades o de los campos se reunen en un solo lugar. Leemos las memorias de los apóstoles y los escritos de los profetas cuando el tiempo así lo permite. Al terminar la lectura, quien preside toma la palabra para llamar la atención sobre esas bellas enseñanzas y exhortar a seguirlas. Luego, nos levantamos todos juntos y recomendamos las intenciones de oración. Después traen el pan, vino y agua. El que preside hace llegar de todo corazón sus oraciones y acciones de gracias al cielo, el pueblo responde con aclamación "Amén", una palabra hebrea que significa: "Así sea".
Nosotros llamamos a este alimento Eucaristía, y nadie puede tomar parte de él si no cree en la Verdad de nuestra doctrina y si no recibió el baño del bautismo para remisión de los pecados y la regeneración. Porque nosotros no tomamos este alimento como un pan vulgar o una bebida común. Tal como, por la Palabra de Dios, Jesús Cristo, Nuestro Salvador, se hizo carne y hueso para nuestra salvación, así el alimento consagrado en las propias palabras de Su oración es destinado a alimentar nuestra carne y nuestra sangre para transformarnos; este alimento es el cuerpo y la sangre de Jesús encarnado: esta es nuestra doctrina.
Los apóstoles, en las memorias que nos dejaron y que llamamos Evangelios, nos transmitieron así la recomendación que Jesús les hizo: El tomó pan, dio gracias y dijo: "Hacéd esto en memoria de Mi, esto es Mi cuerpo". Tomó igualmente un caliz, dio gracias y dijo: "Esta es Mi sangre". Y se los dio solo a ellos (Mt 26, 26ss.; 1Cor 11, 23ss.). [...] Es en el día del sol que nos reunimos todos, porque ese es el primer día, en que Dios separó la materia de las tinieblas para hacer el mundo, y es el día en que Jesús Cristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos".
Ahora que has leído lo que decía San Justino, mártir y cristiano del siglo II, ya sabes que los verdaderos cristianos desde los primos siglos se han congregado para recibir este alimento espiritual que llamamos Eucaristía; no para gritar, saltar, caer al piso y revolcarse, ni para andar escuchando profecías apocalípticas que nada tienen que ver con el Evangelio de Jesús, y aunque te parezca increíble tampoco se reunían para estudiar la Biblia versículo por versículo.
Los primeros cristianos se reunían cada Domingo para escuchar y aprender las enseñanzas de la Iglesia, para la comunión unos con otros, para partir el Pan (Eucaristía) y para la oración. ¿Todavía no me crees? Abre tu Biblia en Hechos 2, 42 y verás lo siguiente: "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (RV 1960).
Esta es una invitación a que te acerques al verdadero Jesús resucitado, vivo, en persona... sí, esa relación personal con Cristo que tanto deseas tener está a tu alcance. Depende de tí aceptarlo y recibirlo en tu vida. Ven a la Iglesia que Jesús mismo estableció para la salvación de las almas, ven a la Iglesia Católica y recibe a Cristo en tu corazón, confiésalo con los labios, come su carne y bebe su sangre para que él permanezca en ti y tú en él (Juan 6, 56).
Comparte con nosotros tu experiencia con Cristo Eucaristía, cuéntanos el milagro que ha hecho él en tu vida personal, familiar y laboral, y por sobre todo cómo te ha ayudado a crecer en la fe.
Paz y bien.
Comentarios
Publicar un comentario